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Tu piel es lo que comes


¡Somos lo que comemos! Una frase que aveces no nos gusta escuchar pero que es totalmente cierta. Hay alimentos que nos dan mucha energía y otros que nos dejan en la lona -por ejemplo ¡el pan!-. Los hay que dan una muy buena digestión y los que de plano nos dan un malestar que a veces dura todo el día, y que solo logras arreglar con una medicina.

Existen alimentos que nos ayudan a tener una buena piel y otros que no son nada favorables, los que pueden provocar brotes, o los que ayudan a prevenir arrugas o mantener la piel hidratada.

Aquí una hojeada a los hábitos alimenticios que no ayudan a la apariencia saludable de la piel. Al final del día todos sabemos lo que nos hacen bien, esos que nos obligaban a comer cuando eramos niños, el plato del buen comer.

El azúcar conspira contra la piel.

Al parecer, según sugieren los especialistas, esta sustancia daña las fibras de colágeno y, por lo tanto, con el paso del tiempo, promueve la aparición de líneas finas y de arrugas.

Afecta negativamente la calidad del colágeno, ya que debilita el sostén natural de nuestra piel; causando prematuramente líneas de expresión y arrugas. Al ser adictiva se convierte en un proceso irreversible que termina dañando la elasticidad y la tonicidad de la piel porque esta se torna rígida y luce envejecida.

Por otro lado, el azúcar incrementa los cuadros de inflamación por lo que para las personas que sufren rosácea o acné resulta contraproducente.

Sin salero está bien

Todos los excesos son malos, y comer mucha sal definitivamente está dentro de los NO a la hora de apostar por una buena piel. La sal, el sodio; en exceso tiende a hinchar las zonas de la cara donde la piel es más delgada, sí; justo la zona de alrededor de los ojos. Seguro has notado que al día siguiente de una noche de pizza amaneces un poco abotagada, y los ojos parecieran haber sufrido una sesión completa de llanto.

Y no solo es la sal y la pizza la que provoca hinchazón, lo es también cuando comes enlatados o comidas procesadas, por su alto contenido de sodio.

Lácteos y brotes

Por un lado los lácteos contienen una gran cantidad de hormonas las que pueden reaccionar con la testosterona del cuerpo, ocasionando una gran producción de sebo en la piel obstruyendo los poros y provocando los brotes. Y por otro lado la leche, el queso, la nata …etc, influyen en los procesos inflamatorios de la piel, lo que puede agravar un cuadro de pequeños brotes o acné.

Grasas excesivas y las arrugas

Las grasas saturadas, esas que se calientan a altas temperaturas; provocan el colesterol malo que se pega a las arterias y llevan a una mala circulación de la sangre y un proceso metabólico débil. Y dado que la piel requiere una muy buena circulación y un metabolismo adecuado para proporcionar una buena oxigenación, para la producción de colágeno y elastina, resultado de esta larga cadena de acciones, ¡una bonita piel!

Al final del día lo que comemos se refleja en nuestra salud en general, y la piel es parte de ello. Vale la pena entonces comer de manera sana la mayoría de los días de la semana, y darnos unos pequeños premios el fin de semana, ¡todo sea por la salud!

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